jueves, 8 de enero de 2009

Tango celeste

Atardece, los claroscuros se balancean sobre la vereda al compás del farol.
Dos seres de una luminosidad asombrosa buscan el almacén de neón. Se ve claramente que no son de aquí, son extraños. Aparentan ser humanos, pero el buen observador desconfía.
Ingresan al comercio y describen lo que necesitan: Un cartel luminoso en letra cursiva inclinada que diga “después”. Piden específicamente que esté confeccionado con los mismos materiales que los otros del barrio.

Sucede que en el reino celeste se cuidan de que aquí en la tierra no se pronuncie el nombre de Dios porque en ese preciso instante todo retornaría a la nada original.
Pero el nombre de Dios no es sólo una serie de letras bien hilvanadas. Para que esté bien dicho debe tener un poco de dolor. Además de una brisa perfumada soplada por un fuelle mudo, el candor de lo que se dice con las entrañas y una dosis justa de infinito.
Hubo un alerta y las jerarquías zozobraron cuando un poeta cantó “Sur, paredón y después…” Y eso fue tan grande que los ángeles lloraron.
Pero pasó. Quedó sólo la sospecha de que algo se cocinaba en ese suburbio.
El golpe de gracia lo dio otro cuando dijo: “después, que importa del después, toda mi vida es el ayer…” Y desaparecieron ciudades, lagos, hombres e ideas. Fue una noche rara, hubo voces de alarma en los cuarteles del Olimpo.
Trabajaron incansablemente reponiendo los faltantes antes de que nos diéramos cuenta.
Sólo algunos locos, borrachos y poetas palparon un sentimiento de perdición especial. Aprovecharon y dieron lo mejor de sí, como si fuera la última vez.

Ahora no querían más riesgos, enviaron a dos de los mejores para que la retiren de circulación. Debían hacerlo a la usanza del lugar.
Primero recorrieron el barrio. Fueron baleados por los carros repletos con las pertenencias de dos viejas crotas, pero sobrevivieron. Los patearon con tamangos agujereados de los pibes sin nada. Casi los muerde una banda de perros a la luna. Al fin sonrieron con los bufones del semáforo haciendo sus gracias a cambio de pan
Entendieron que todo el asunto nació en el Paseo Colón en donde se niega la existencia de Dios.
Fueron invitados a ingresar al lugar por un bandoneón de neón multicolor que se enciende y se apaga, incansable. Sólo estuvieron unos instantes en el sórdido recinto húmedo y cálido como un vientre. Estaba lleno de poetas en busca de inspiración.
Ya tenían lo que necesitaban. El cartel que dice “después” fue colgado en un sistema lejano, fuera del alcance de los inspirados. Algunas estrellas celosas lo miraron de costado.
Y para curarse en salud, aprovecharon y se llevaron a quien mejor la pronunció. A ese lo instalaron entre la osa mayor y la Cruz del sur. Los astrónomos supieron inmediatamente que nombre ponerle a la nueva galaxia. Sin saber porque la llamaron “Polaco”.

7 comentarios:

  1. Esta vez te superaste, esta tan lindo escrito que se me espianta un lagrimon, y ahi mismo pienso a Edmundo diciendo: contame tu condena, decime tu fracaso; o a julio respondiendo: que me van a hablar de amor; y Carlitos, siempre Carlitos exclamando: rrrrosita....
    Este es casi un poema, que va de discepolo a piazzola, pasando por cadicamo...

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  2. Me voy cantando en voz baja. Acá en Saavedra, deberia ir directo a un mural y que bailen los mareados.

    yiiiiira yiiiiiira.

    Salú.

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  3. querido jorge!
    muy bueno el blog, siempre se disfrutan tus escritos.
    te agrego a mi lista! =)
    besos,
    dani.

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  4. muy bueno, dan ganas de sentarse a escuchar al Polaco con una ginebrita cerca, no me importa que nos llamen los mareados...
    sigo leyendo, pasate, si querés por ríoy mar.blogspot.com, hace tiempo que no escribo pero... dejate ´ver...saludos
    india

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  5. "Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias.Sufre y se desangra hasta entender, que uno se ha quedao sin corazón..."
    NO.Escucha,cantá o bailá un tango que te prestará su propio corazón.
    ¡GRACIAS JORGE POR ESTE HOMENAJE!:
    El TANGO,sus letristas,sus músicos,sus cantores y el saber popular.

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  6. Si, en un viejo almacén del Paseo Colón
    donde van los que tienen perdida la fe.
    Aguila Entonada

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  7. Nuevamente quedo sin palabras...
    Claro, entiendo el "Después..." y un poquín de escalofríos me da, no sólo eso, sino más de una cohincidencia (y los ángeles... y la inspiración... y los poetas... y...)
    Gracias por visitar la Aldea, por tus comentarios, y por haber tenido el honor de que seas la voz de mis molestias.
    Beso

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